viernes, 15 de octubre de 2010

¿Y SI NOS PARAMOS A REFLEXIONAR...?

Llevo días pensando en algo que me preocupa cada vez más. ¿Qué pasaría si tuviera que operarme del corazón y me operara una persona que tan solo ha hecho un cursillo de primeros auxilios? Sería un completo desastre.
Es evidente que todo profesional debe tener una formación, una formación especializada, y cuanto más sólida mejor, una experiencia, un estudio constante, etc. Cualquier persona que trabaje con personas debe tener en cuenta que son eso: personas. Entonces, mi pregunta es, ¿por qué no sucede lo mismo con la danza? ¿Por qué cualquier persona puede ponerse a dar clases de sevillanas, de salsa o de oriental? Creo que la única respuesta posible es la ignorancia. La ignorancia de la persona que se atreve a ponerse delante de un grupo de personas dispuestas a aprender a bailar y a pasarlo bien, y el desconocimiento de las personas que contratan a “profesoras”.
Tenía la esperanza de que con el tiempo, y con el boom que ha tenido esta danza, este tipo de problemas fueran cada vez más minoritarios, pero últimamente me da la sensación que cada vez es más común. El problema que tenemos es que no hay un órgano regulador, ni una titulación oficial, nada, que regule este mundillo. Las alumnas no saben si esa profesora es una buena profesora, o simplemente una aficionada con un cursillo… Aunque mantengo la esperanza de que con el tiempo, lo acaban sabiendo...

Según mi opinión, una profesora es responsable de todas las personas que están en clase. Responsable de su salud, de su diversión, de su aprendizaje…
Una profesora debe, como mínimo:
- conocer la base de cada movimiento, el porqué de cada movimiento,
- saber cómo explicar cada movimiento de distintos modos para que todas las alumnas puedan entenderlo,
- conocer los orígenes, historia, etc de la danza,
- conocer los ritmos, cómo bailarlos y cómo interpretarlos,
- tener un conocimiento del folklore, saber qué es folklore y qué es fantasía,
- disponer de un temario para cada curso, un temario que garantice un aprendizaje lógico y progresivo,
- ser capaz de crear secuencias y coreografías que engloben lo aprendido hasta el momento,
- ser capaz de reconocer errores de las alumnas y saber cómo corregirlos,
- ser capaz de evitar lesiones en las alumnas,
- motivar el aprendizaje,
- etc.
- pero sobre todo, ser humilde, muy humilde, pensar que no lo sabe todo y entregarse a la danza, estar dispuesta a invertir horas y más horas en aprender, actualizarse, mejorar, etc

A continuación os adjunto un fragmento del Código de Ética de la Danza del Vientre que hace referencia a las profesoras de danza del vientre. Me parece interesante para reflexionar.


El Código de Ética de la Danza del Vientre fue elaborado a partir de la iniciativa de Shalimar Mattar, editora del diario "Oriente, Encanto y Magia", objetivizando la organización y valoración de la danza del vientre en Brasil. Este es el resultado de un trabajo conjunto y democrático que contó con la participación de 439 practicantes de este arte (aficionadas y profesionales) durante un período de 10 meses de trabajo. Fue publicado durante el "1º Simposio de la Danza del Vientre" que tuvo lugar en São Paulo en marzo de 2002. La danza del vientre es una expresión artística y como tal debe ser difundida. Corresponde a los profesionales de este área velar por su concepto, manteniendo así, los patrones de elegancia que envuelve y no permitiendo su vulgarización. Para ejercer sus funciones con dignidad, los profesionales del sector deben recibir una remuneración justa por los servicios artísticos o didácticos prestados. Es considerada conducta antiética la práctica de competencia desleal con otras profesionales del área (bailarinas o profesoras).
Profesoras
- La profesora tiene la función de enseñar y orientar pacientemente, cuidando siempre en primer lugar por la salud y el bienestar de sus alumnas, respetando las limitaciones de cada una.
- Todas las profesoras deben poner su currículum a disposición de sus alumnas.
- Es importante que la profesora realice anualmente evaluaciones opcionales con sus alumnas, las cuales tendrán a disposición la información correspondiente para la evolución de su aprendizaje.
- La dedicación a la enseñanza debe ser direccionada para el conocimiento de sus alumnas y no como instrumento de vanidad personal para la promoción de la profesora.
- La profesora debe ejercer su trabajo libre de toda y cualquier discriminación, motivando y respetando a sus alumnas, independientemente de características físicas, de edad, religión o clase social, recordando que esta es una actividad que esta direccionada al bienestar y equilibrio físico, mental y emocional. Por lo tanto, no pueden ser exigidos patrones estéticos que diferencien o discriminen a cualquiera de ellas.
- Para optar al magisterio de la danza del vientre es considerado satisfactorio un período mínimo de 4 años de estudios, con perfeccionamiento en didáctica y conocimientos de anatomía, kinesiología y biomecánica que aseguren la realización de un trabajo corporal consciente. El tiempo de estudio debe ser reconsiderado a partir de cursos realizados anteriormente, como danza clásica, educación física o conservatorio.
- La profesora de danza del vientre debe actualizarse constantemente.
- La profesora debe cumplir la programación y el cronograma de cursos ofrecidos o divulgados.
- Todas las alumnas merecen igual atención de su profesora, la cual no debe hacer distinciones entre ellas.
- La profesora debe ser especialmente honesta en cuanto a sus conocimientos, buscando respuestas correctas para esclarecimiento de sus alumnas. Todas las informaciones pertinentes al curso que se dispone a enseñar deben ser transmitidas con claridad y honestidad, supervisando el efectivo aprendizaje de sus alumnas.
- Como la danza del vientre tiene orígenes muy remotos e información de difícil acceso, esta cuestión debe ser siempre esclarecida a priori, para evitar la divulgación de historias ficticias que resulten en perjuicio de su imagen y evolución.
- La profesora no debe estimular competitividad negativa entre sus alumnas o con otros grupos.
- La profesora debe tener respeto y consideración con las demás profesionales del área, preservando el ambiente, libre de vanidades personales para así acrecentar el desarrollo de la enseñanza, no utilizando la sala de clase como espacio para demostrar rivalidades personales o denigrar la imagen de los demás profesionales, a favor de su promoción.
Son consideradas actitudes antiéticas:
- Presentar coreografías de otras profesionales sin previa autorización, o bien omitir el nombre de la responsable de su creación.
- Cohibir la participación de alumnas en workshops y cursos que puedan aportar elementos para su desarrollo y aprendizaje.
- Presentar currículum con informaciones ficticias referentes a aprendizaje y experiencia. Se recomienda que, tratándose, de cursos y workshops, siempre se solicite certificado de participación.

Mi mail lo conocéis todas (dumestak@gmail.com), si alguna se siente aludida, le surgen dudas o quiere hacer algún comentario al respecto puede hacerlo enviándome un mail o haciendo click en la opción de comentario, justo debajo de este post.

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